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Fondos de inversión
inmobiliaria dinamizan
el
mercado e impulsarían nuevos
productos
La casi inexistente oferta para
la venta y el aumento de la
tendencia de comprar nuevos
proyectos en fases muy
preliminares para el arriendo,
un activo considerado más seguro
en escenarios de volatilidad,
han impulsado en los últimos
años las operaciones de estos
actores, que podrían expandir su
modelo a otros ámbitos, como
centros de convenciones, hoteles
y estacionamientos.
Los fondos de inversión
inmobiliaria han aportado en los
últimos años un gran dinamismo
al mercado de oficinas nacional
y han permitido que muchos
inversionistas,
individuales y
corporativos, puedan acceder a
proyectos de envergadura,
algunos de ellos altamente
tecnologizados.
“El auge de este tipo de
instrumento financiero es más
valorado cuando aumenta la
volatilidad bursátil. La gente
prefiere invertir en ladrillos,
porque lo consideran más
seguro”, reflexiona
Marcos Kaplún, director
de Kayco International
Group.
Sin ir más lejos, a fines del
año pasado, Kayco
gestó el acuerdo que hizo
posible que Celfin comprara la
torre Plaza Manquehue
–construida por el fondo
Fundación Las Américas
(relacionado con el Grupo Penta)–
en cerca de US$ 40 millones a
través de su Fondo de Rentas
Inmobiliarias II.
El edificio está ubicado en
Manquehue con Alonso de Córdova,
muy cerca del metro Manquehue.
La transacción incluyó la torre
de oficinas y una placa
comercial de dos pisos, por un
total de 17 mil m2 útiles (más
estacionamientos y bodegas), que
saldrían al mercado a fines de
2012 o a principios de 2013.
Este inmueble se ubica al lado
del Hotel Ibis, que el fondo
Fundación Las Américas levanta
en alianza con el grupo Accor.
Dicha operación fue el tercer
negocio que concreta este
vehículo inversor, que ya había
comprado un edificio en Augusto
Leguía con Apoquindo y nueve
stripcenters al grupo Israel-Sinay
el año pasado.
Esta operación es sólo un
ejemplo de una tendencia mundial
en expansión. “Los
inversionistas de todo el mundo
buscan mercados más seguros y
auspiciosos para invertir en
proyectos inmobiliarios o ‘real
state’”, asegura Kaplún,
quien viene llegando de la feria
internacional de los
profesionales inmobiliarios,
MIPIM 2012 (del francés Marché
International des Professionnels
de
l’Immobilier), que se realiza en
Cannes y reúne a más de 19.000
profesionales inmobiliarios
provenientes de más de 90
países.
“A pesar de la profunda crisis
que vive el Viejo Continente, el
mercado permanece sólido y los
inversores se han vuelto más
cautos y cuidadosos para evaluar
cada proyecto.
Sus ojos se están volviendo
hacia mercados latinoamericanos
como México, Brasil, Chile,
México, Perú y Colombia, porque
presentan interesantes espacios
de crecimiento y mayor
seguridad”, afirma.
Es así que recientemente un
fondo de inversiones de Qatar
manifestó su interés por arribar
a Viña del Mar a desarrollar
negocios. Kaplún
explica que los empresarios
árabes mostraron su disposición
a analizar el proyecto “Palmas
de Viña”, de propiedad de
Quiscal S.A., que se desarrolla
en la parte alta de Viña del
Mar, en torno a la vía de Las
Palmas.
Lo que les habría abierto el
apetito sería la cantidad de
terreno que está disponible en
Viña del Mar en un solo
proyecto, que supera las 700
hectáreas.
Compra en verde
Según el operador inmobiliario,
este dinamismo ha hecho que los
precios en algunas zonas se
incrementen, porque existe una
escasez muy grande de oferta.
“En 6 meses, en el eje
Apoquindo, los precios de venta
subieron de 62 UF+IVA a 67
UF+IVA. Además, una misma
oficina puede tener cuatro
precios distintos: si es una
planta libre vacía, si está
equipada y/u ornamentada, si
tiene un contrato de arriendo
vigente (en ese caso mandan los
flujos), y si la quiere arrendar
un vecino (empresa que ya ocupa
un espacio en el mismo
edificio)”, detalla.
Otra tendencia que está cobrando
fuerza es la compra en verde.
Esto se debería a que como hoy
prácticamente no existe oferta
para la venta, los fondos, y
también las compañías de
seguros, están comprando cada
vez más en esta modalidad, pues
de esa forma se aseguran grandes
volúmenes de superficie que en
uno o dos años pueden ingresar
al mercado. De esta forma
gestionan los contratos de
arriendo con precios que cumplen
con las expectativas de
rentabilidad de sus inversores.
En estas operaciones se paga un
tercio al momento en que se
firma el acuerdo de
compra-venta, un tercio cuando
se termina la
obra gruesa y la última
porción una vez que el edificio
está terminado y registrado en
el Conservador de Bienes Raíces.
“Incluso, algunos están
comprando en ‘azul’, cuando el
proyecto aún está en fases muy
preliminares”, asegura
Kaplún.
Tendencias en alza
Una de las aprensiones que
rondan en el mercado es que la
demanda local no dé abasto con
la oferta que se prevé
que ingrese al mercado en
los próximos años. “Yo tengo una
teoría: vamos a tener que
importar demanda para que ocupe
la superficie que se sume
al stock actual en los próximos
años”, plantea Kaplún,
y agrega que cree que los
inversionistas
que actualmente están
apostando tan fuertemente por
oficinas van a ir derivando a
otros productos, como son los
estacionamientos.
“En el centro de Santiago, el
precio de los estacionamientos
ha subido, en siete años, de $2
millones a $10 millones.
Este es un mercado que presenta
grandes espacios de crecimiento
y al que se pueden incorporar
nuevos actores y obtener muy
buenos resultados, ya que en
Santiago una hora de
estacionamiento vale cerca de
US$ 4, un precio muy similar al
de los mercados desarrollados”,
asegura el operador.
Otro producto que está cobrando
gran relevancia son los
edificios mixtos que albergan
oficinas, hoteles, centros de
convenciones y/o viviendas. “Las
grandes cadenas hoteleras están
muy interesadas en invertir, y
para estos clientes
es necesario construir un
producto específico. La
tendencia mundial son los
edificios mixtos como Isidora
3000 y
Costanera Center. Muchos
inversionistas van a derivar a
ese tipo de inmuebles”, señala
Kaplún.
Fuente: La Segunda
Fecha: 30 de Marzo de 2012.
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